domingo, 29 de junio de 2008

Se cayó el sistema

¿Habrá negocio más lucrativo que el de los bancos? No lo creo. Escudados bajo el argumento de que impulsan el desarrollo económico del país, los banqueros que operan en nuestro país tiene ganancias inmensas mientras que los consumidores ven reducidos sus niveles de consumo. Pero lo aberrante es que sus ganancias no están compuestas por prestar dinero y financiar empresas sino en cobrar mucho, a los que caen en sus redes crediticias, y pagar casi nada a los ahorradores.
Cualquier usuario puede darse cuenta de la trampa cuando abre una cuenta de ahorros y le dan una tarjeta de débito, para facilitar el manejo de su cuenta. La mayoría de ésas tarjetas cobran por retiros y consulta de saldos, mas las comisiones anuales o mensuales por manejo de cuenta y demás hierbas. Si tiene una tarjeta de crédito el costo sube, ya que a lo anterior hay que agregar los intereses, las multas por falta de pago y lo que se acumule. Mientras tanto, al ahorrador como al que deposita a plazo fijo le dan una bicoca. Pero lo que no hace el banco es prestar para invertir en un negocio o comprar una casa, y si lo hace, cuidado, porque el costo del crédito es enorme. Si usted adquiere una casa de un millón de pesos con un préstamo hipotecario, acabará pagando casi el doble, siempre y cuando pague a tiempo, si no peor; y si deja de pagar adiós casita y todo lo que lleva pagado.
En este sentido los bancos no son agentes de desarrollo sino empresas depredadoras (¿acaso hay de otras?) que viven del ciudadano común y corriente, el cual está obligado a usar los servicios bancarios porque su empleador le paga vía nómina bancaria, o porque tiene que pagar los servicios que usa, privados y públicos, etc.
Los bancos son la expresión más clara de la dominación y la prepotencia de los dueños del dinero. La frase que mejor resume lo anterior es la de ‘se cayó el sistema’ y no hay poder humano que pueda obligar al banco a darle su dinero. Todo con la anuencia del Estado y sus funcionarios, que además les pagan puntualmente la deuda del rescate bancario y se hacen de la vista gorda con el lavado de dinero.
¿Se podría vivir sin utilizar los servicios bancarios? Sólo si es usted uno de los miembros del club de la pobreza extrema. Si no, mejor póngase a leer la letra chiquita de los contratos. Hoy, pagar tributo, como el que pagaban los antiguos mexicanos al emperador azteca, se disfraza de prestación de servicios, de ejercicio de la libertad. Así, los banqueros quedan como benefactores de la humanidad, mientras que usted y yo quedamos como macehuales. Sin duda que estamos progresando… pero en la manera en que unos cuantos se apoderan del producto del trabajo de muchos.

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