jueves, 27 de septiembre de 2012

Los buscadores de identidad transforman el mundo

Según organismos internacionales los jóvenes son todos aquellos que se encuentran en la franja etaria que va de los 14 a los 29 años. No conozco los criterios utilizados para establecer tal distinción pero me gustaría agregar que la juventud tiene que ver también con una visión del mundo, caracterizada por la rebeldía, por la insatisfacción frente a una realidad impuesta e injusta. El espíritu que define a la juventud no se puede entonces limitar a tener menos de 29 años si no mantener vivo el espíritu rebelde y contestatario. Por eso hay jóvenes de ochenta años y viejos de veinte
La juventud mexicana ha forjada a la nación mexicana. La revolución mexicana y el movimiento estudiantil de 1968 son una muestra clara de lo anterior. Después de más de treinta años, el ’68 puede ser considerado como el detonador de lo que hoy vivimos. El autoritarismo en México mostró su debilidad al utilizar la fuerza bruta pensando que el costo político sería manejable. El papel que jugaron los jóvenes de buena parte del país en aquellos años tuvo un fuerte impacto en  las formas de participación  política en México.
Queda claro entonces que la pregunta no es si los jóvenes participan o no participan en política sino ¿cómo participan? ¿Cuáles son las formas de participación política más utilizadas por los jóvenes en México y el mundo? En este sentido, a mi parecer, prefieren los movimientos a los partidos. Esto no quiere decir que los jóvenes no se integren a los partidos; de hecho, gracias a ellos muchos partidos funcionan, no se diga en tiempos electorales. Sin embargo, muchos prefieren a los movimientos sobre todo porque son más abiertos, más horizontales y son más receptivos a explosiones expresivas y movilizaciones constantes. Además, se puede pertenecer a varios movimientos a la vez, cosa que resulta difícil cuando se milita en un partido político, lo que facilita la participación y le da sentido de identidad a los jóvenes.
La identidad, entendida como una construcción del propio sujeto en relación con el mundo que lo rodea, se construye una y otra vez a lo largo de la vida, pero es en esos años terribles -cuando la búsqueda de la identidad es una lucha diaria contra todos y contra todo, a cielo abierto y de cara al sol- que resulta fundamental no sólo definir la identidad sino portarla, expresarla públicamente para contemplarse una y otra vez en el espejo. Después pensamos que poseemos una identidad forjada a fuerza de la experiencia y no nos torturamos pensando tanto en ella. La damos por sentada aunque siga cambiando.
En este sentido, los buscadores de identidad por excelencia, los jóvenes, privilegian como espacios de acción a los movimientos. Siendo espacios en donde la solidaridad y la cooperación se colocan por encima de la competencia y la eficiencia, los movimientos sociales son privilegiados por la juventud para participar en la política porque son, al mismo tiempo, los espacios naturales de búsqueda de sí mismos. Por eso la juventud mexicana hoy juega un papel relevante en la redefinición de México como nación. Empeñados en definirse como seres humanos se han convertido en la conciencia nacional y mundial. Sus críticos son simplemente unos viejitos decrépitos, aunque tengan treinta años. Son los que seguirán pensando que los jóvenes deben permanecer en las escuelas, manipulables a fuerza de premios y distinciones a contentillo, para convertirse en carne de cañón de los poderosos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

La importancia de defender el territorio liberado #YoSoy132

¿Cuál es el papel de los jóvenes en la lucha por mantener viva a la libertad de expresión?
Para contestar a la pregunta es necesario remontarse los años sesenta, en particular a 1968. Esto es así ya que el movimiento estudiantil tenía una bandera que hoy es moneda corriente aunque no por ello una realidad: la autonomía del individuo frente al estado. Pero ¿qué tiene que ver la autonomía con la libertad de expresión?
Muy sencillo: si no podemos pensar más que lo que el poder quiere que pensemos, entonces ¿dónde queda nuestra libertad de expresión? ¿No sería ésta sólo un simple reflejo de las ideas políticamente correctas?
El tema es más complicado de lo que parece, pero me interesa aquí dejar en claro que la lucha por la libertad de expresión que ustedes sostienen es fundamental para la salud pública. Sin ella viviríamos en un mundo ya imaginado por George Orwell en su novela 1984, en donde toda expresión humana es controlada y evaluada por el estado, en donde no existe un espacio público en el cual confrontar ideas y proyectos.
Pero volvamos a los sesentas. Podamos constatar que los movimientos estudiantiles fueron la constante en todo el mundo occidental. En Estados Unidos, en Francia, en México. En su momento fueron duramente criticados por los poderosos como expresiones desviadas, provocadas por el consumo de drogas y la música estridente. Hoy sabemos que gracias a tales movimientos las sociedades modernas accedieron a una mayoría de edad.
En el México de nuestros días ya nadie pone en duda que gracias a las movilizaciones estudiantiles de 1968 el sistema político autoritario que hoy agoniza, empezó  a mostrar señales de agotamiento. Sin embargo la represión fue terrible y abrió una etapa negra en nuestra historia nacional que hasta hoy empieza a ser discutida abiertamente. En todo caso la represión no cesó; tres años después, en 1971, el poder volvió a mostrar las garras y obligó a muchos a buscar una salida violenta frente a la cerrazón gubernamental. 
En este sentido, lo que queda por hacer es lo que ustedes están haciendo hoy: mantener un espacio autogestionario, con autonomía del estado y que recoja las críticas y proyectos de los jóvenes y la población en su conjunto. Un espacio en donde la libertad de expresión no sea una graciosa concesión del poder sino una práctica cotidiana, una razón de ser. La libertad de expresión no consiste hoy en que nos permitan o no nos permitan decir lo que pensamos, sino en abrir y mantener espacios en donde las posibilidades de expresión de los jóvenes, los no tan jóvenes, y todos los que tengan algo que decir, sea una realidad. Ganar espacios es la lucha por la que hoy pasa la libertad de expresión. Sin ellos es como querer que crezca el maíz sin agua y sin sol. El abrir espacios como este para la comunidad estudiantil, el barrio, la colonia, es hoy la columna vertebral de un proyecto que busca hacer realidad un mundo en donde la sociedad civil no sea más rehén de las ambiciones de los dueños del dinero. Un mundo donde quepan muchos mundos.
Por eso es importante que se mantenga con vida este territorio liberado -creado al calor del reciente golpe de estado electoral- a pesar de las descalificaciones y sarcasmos de la burocracia de la pluma y sus patrones. La existencia del movimiento #YoSoy132 apunta a mantener la posibilidad de que la libertad de expresión sea una realidad en donde las mujeres y los hombres de México puedan desarrollar sus posibilidades y enriquecer la memoria colectiva de ese 99% que lucha por sacudirse la dominación de una minoría infame.

viernes, 14 de septiembre de 2012

La monarquía en España se tambalea

Los recortes y apretones de cinturón al gasto público en el reino de España están cobrando víctimas a diestra y siniestra. Por un lado la sumisión de Rajoy a los designios de los banqueros alemanes está provocando una avalancha de despidos, desahucios, suicidios, crisis familiares, embargos… Las mayorías están enfrentando una terapia de shock para mantener los privilegios de unos cuantos, entre los que se distingue por supuesto la familia real y toda su corte de terratenientes y militares.
Sin ambargo, la monarquía también ha contribuido para acrecentar el número de personas opuestas al régimen. La irrefrenable ambición de enriquecimiento de Juan Carlos acabó convirtiendo a la familia real en un bufete de gestores comerciales y de negocios que, dado que se mueve en la ilegalidad sistemáticamente, acabó pasándole la factura, en particular a su yerno Iñaki Urdadangarín, quien enfrenta cargos por desfalco y corrupción pero sobre todo visibiliza el hecho del enorme enriquecimiento de la familia real gracias a su influencia en el gobierno y su relativa impunidad.
Pero además, el rey parece seguir viviendo en un mundo en el que puede hacer lo que quiera sin enfrentar las consecuencias, cuando la situación es precisamente la contraria. Ya desde su altercado con el presidente Chávez se mostró ajeno al protocolo que exigen las reuniones de jefes de estado. Pero su viaje a Botsuana para matar elefantes podría ser una muestra más clara de la esquizofrenia real. Justo en el momento en que la crisis económica estalla con toda su fuera en España el jefe del estado se encuentra matando animales protegidos a costa del erario y, para rematar, se cae y se fractura la cadera, lesión por excelencia de la senilidad. Los actores políticos institucionales, tan bien acomodados al régimen llegaron a sugerir la idea de que Juan Carlos debería abdicar para poder llevar la vida que desea y dejar los asuntos de estado a su heredero. Este hecho demuestra que los amos de España no ven con buenos ojos los desvaríos reales pues comprometen su poder.
Y es aquí en donde la derecha y el PP se dan un tiro en el pie. Al agraviar sin miramientos con un ¡Qué se jodan! a los pueblos de España para mantener las cosas como están aunque ya no den para más, simplemente legitiman la rebelión, que parece empezar en Cataluña donde se está promoviendo la independencia. Y en un contexto como ése sólo hace falta un actor/catalizador que acelere el descontento y al mismo tiempo lo alimente. Juan Carlos de Borbón está apoyando todas las medidas económicas tomadas por el gobierno de Rajoy y declarando a favor de ellas.
La derecha española mientras tanto atiza el fuego sin darse cuenta de que el costo político de los ajustes económicos no sólo le afecta al PP y su gobierno sino al régimen en su conjunto, con el rey a la cabeza.  No se ve que vaya a cambiar el rumbo de la política económica a corto plazo; en la medida en que se vayan asentando los recortes y aumentando el desempleo y la precariedad el descontento crecerá aun más. Y tal vez entonces, en un afán desesperado por salvar sus privilegios, los dueños del dinero en España le abrirán la puerta a la república para que pase por encima del cadáver de la monarquía y finalmente se cierre el trágico e infame periodo que inició con el golpe de estado encabezado por el ejército y la iglesia y que aun no finaliza, a pesar de transiciones pactadas o tal vez, precisamente por eso.

jueves, 6 de septiembre de 2012

La toma del palacio municipal de Xalapa fue una muestra de dignidad.

Después de la marcha en Xalapa el 1º de septiembre, los integrantes del Frente Anti Imposición ocuparon el palacio municipal para manifestar su indignación por el fallo del TEPJF que se ufanó de calificar una elección ejemplar, validando así un proceso que se caracterizó por la transgresión sistemática de las leyes electorales y el espíritu de la constitución federal.
La actitud de las autoridades municipales estuvo a la altura de las circunstancias por lo que, a diferencia del cabildo de Veracruz, la ocupación se llevó a cabo sin problemas y los participantes pudieron desarrollar una serie de actividades para  manifestar su desacuerdo con el fallo y en general con todo el proceso electoral de este año. La lectura del contrainforme elaborado por integrantes de #YoSoy132 fue un momento muy significativo de la naturaleza de las acciones de el pasado fin de semana.
El día que desocuparon el inmueble, en rueda de prensa, informaron que la ocupación formó parte de una jornada de cien días de protesta que culminará el 1º de diciembre; hay que señalar que también fueron ocupadas las presidencias municipales de Querétaro, Mexicali, Durango y Veracruz. Al mismo tiempo el campamento que se mantuvo en Plaza Lerdo desde el mes de julio fue levantando, culminando así una etapa muy intensa del movimiento estudiantil en Xalapa.
La etapa se caracterizó  por su densidad moral y su ingeniosa crítica, aglutinando a su alrededor a otras fuerzas políticas de la capital del estado para articular el repudio al sistema político, señalando con particular insistencia en la perversión de los procesos electorales por la intervención de poderes fácticos, como las televisoras, para definir el sentido de una elección. Asimismo, el periodo que va desde el surgimiento de #YoSoy132 en las redes sociales hasta el fallo del TEPJF se caracterizó  por los reiterados intentos por articular los principios éticos con la organización interna del movimiento, siendo este un espacio de análisis muy interesante para definir la naturaleza y el carácter de la gesta estudiantil.
Y si bien en un principio #YoSoy132 gozó de un simulado respeto por parte de la mayoría de los grupos políticos, la ocupación del palacio municipal xalapeño acabó con la paciencia de muchos. Incluso, uno de los que más se benefició con el movimiento estudiantil, Uriel Flores, calificó las acciones de radicales y con consecuencias jurídicas, aclarándole a la ciudadanía que ni él ni su partido las suscriben y recomendándole al movimiento evitarlas a toda costa
No sorprende que los políticos veracruzanos, del color que sean, no sean capaces de concebir las motivaciones que subyacen a este tipo de acciones. Ignorantes del significado de la dignidad no pueden entender como un grupo de estudiantes y ciudadanos en general deciden defender la dignidad actuando de acuerdo a sus principios. La ocupación del palacio municipal de Xalapa fue una manifestación de repudio al fraude electoral pero también una manera de abrir sobre la marcha los espacios públicos a todos, para convertirlos en puntos de encuentro, en cajas de resonancia de las demandas más sentidas de los habitantes. Fue una muestra de dignidad.