miércoles, 23 de junio de 2010

La soberanía alimentaria

La práctica de despojar, negarles la posesión a otros, para el enriquecimiento de unos cuantos es una práctica muy antigua. En tiempos de crisis económica la lucha por las ganancias se exacerba, aumentando la tendencia a la desposesión de amplias capas de la población, no sólo de sus casas o tierras, sino de su cultura más profunda: la relación con la tierra y el perfeccionamiento milenario de semillas que representan lo más íntimo de la vida humana.

Además de haber sufrido las consecuencias directas del terremoto, Haití fue invadido por varios ejércitos y obligada a recibir donaciones de conocidas multinacionales productoras de semillas transgénicas, listas para invadir y extinguir las variedades locales, más adaptadas al suelo pero, sobre todo, propiedad de los campesinos.

La quema simbólica de una parte de la semilla donada por Monsanto a los campesinos haitianos como ‘ayuda para la reconstrucción’ representa una toma de posición muy clara frente al problema. El líder campesino Chavannes Jean-Baptiste manifestó que "Las semillas representan una suerte de derecho a la vida,… es por eso que hoy tenemos un problema con Monsanto y con todas las multinacionales que venden semillas. El agua y las semillas son patrimonio común de la humanidad… Defendemos las semillas nativas y los derechos de los campesinos a su tierra “1

La siembra de transgénicos profundiza la dependencia al desposeer a cientos de miles de pequeños agricultores o condenándolos a sembrar semillas que están patentadas por las compañías. En México el problema crece día con día y las perspectivas no son nada alentadoras. Poner en manos de las transnacionales la alimentación de toda una nación no parece muy sensato. Parece, más bien, un gran negocio para algunos a costa de las generaciones futuras.

En este contexto, las acciones de los campesinos haitianos ponen en el centro de la discusión la posibilidad de mantener la autonomía como seres humanos, la posibilidad de vivir una vida con dignidad. Son una clara manifestación de los problemas que enfrentamos hoy por la voracidad de intereses privados. La pérdida de los bienes públicos, como la tierra, el agua y las semillas, le impedirán a cualquier sociedad ofrecer una vida digna a sus integrantes. Y eso nos incluye a usted y a mí.


[1] http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95725