jueves, 28 de junio de 2012

Perlas electorales: Peña Nieto y el nuevo (viejísimo) rostro del PRI (censurado)


A menos de una semana de las elecciones presidenciales en México y en este periplo que ha procurado identificar el eje de las campañas electorales encarnadas en sus candidatos, solo falta enfocarnos en el candidato del PRI y mostrar sus miserias, inocultables, a pesar de la que probablemente sea la operación mediática más sofisticada y más cara de la historia política del país.
La idea rectora de la campaña priísta resulta grotesca: Peña representa el cambio necesario, el nuevo rostro de la política nacional. Algunos incluso han elaborado la especie de que el PRI llega por primera vez al poder en sana competencia y en un contexto democrático, lo cual conduce a pensar que sólo un nuevo instituto político, ajeno a su larga tradición autoritaria, respetuoso de la normatividad electoral y sin el apoyo del presidente en turno, podría lograrlo.
Comparado con lo anterior, los tropiezos de Peña Nieto -que iniciaron a cobrar notoriedad en la Feria de Guadalajara, cuando quedó al descubierto su torpeza para improvisar y que tomaron fuerza en el encuentro con estudiantes de la Ibero, donde reveló su verdadero rostro, más cercano al estilo de Díaz Ordaz que al de a un galán de telenovela- son sólo consecuencia de su (de)formación política y de la ineptitud de sus asesores de campaña.
Vender la idea de que el PRI ha cambiado para satisfacer la demanda de una sociedad democrática, para ponerse a tono con los nuevos tiempos, no puede lograrse más que a través de la imposición monumental, al viejo estilo, echando mano de toda su experiencia para justificar el fraude patriótico, como lo hizo en 1988. En ella radica la doble cara de Peña Nieto, su contradicción fundamental.
Para enfrentar semejante contradicción Peña Nieto no tiene empacho en declarar que “… son los otros (partidos) los que no han cambiado... mientras el PRI formó nuevos cuadros, jóvenes modernos…” manteniéndose fiel a la promoción del nuevo rostro del partido. Sin embargo, cuesta trabajo encontrar cuadros jóvenes en las listas de candidatos a senadores y diputados y es evidente la presencia de la vieja guardia.
Dice Roger Bartra que el PRI no puede regresar al pasado porque nunca salió de él. Después de tres meses de campaña la frase cobra sentido al observar en videos compra de voto, acarreo, golpizas a opositores, bodegas repletas de ‘propaganda’ y detenciones arbitrarias de jóvenes del #132. Anclado en el pasado, el partido de la revolución sólo puede ofrecer un nuevo rostro en el discurso, amplificado hasta la náusea por los medios de comunicación, pero nada más, pues incluso las ideas centrales del ideario político de Peña Nieto abrevan de la más rancia tradición autoritaria.
Su propuesta de reformas políticas apunta a centralizar el poder en manos del presidente, manteniendo el control del Congreso vía reducción de los diputados de representación proporcional y legalizando la reelección, ya que ésta funciona de facto. Pero además le molesta que el Congreso tenga que ratificar a miembros del gabinete del ejecutivo: “… la Constitución le otorga (al presidente) la facultad de designar a su equipo directamente. Más vale que se le permita designar a quienes deberán cumplir con las expectativas” Su idea de eficacia gubernamental, en caso de concretarse, regresaría el sistema político a los años setenta, cuando surgió el sistema de representación plurinominal, y rompería con la tendencia a acotar los poderes del ejecutivo federal, inaugurada con las reformas electorales de 1997.
Lo anterior no es una coincidencia o una ocurrencia casual. En realidad denota un desprecio por los acuerdos que la clase política mexicana configuró para mantenerse en el poder y una fuerte inclinación por volver al presidencialismo tradicional. Lo que nos está tratando de decir Peña Nieto es que los problemas que vivimos son consecuencia de la supuesta transición a la democracia, de ese acuerdo político que nunca debió existir. Por eso es necesario  rescatar los viejos equilibrios para revitalizar el viejo régimen pues de ello depende la salvación de la patria.
La esperanza de recuperar el paraíso perdido, de seguir viviendo en el pasado, nos son otra cosa que la manifestación más clara de la decadencia del PRI y de la imposibilidad de renacer con una nueva identidad. Por eso a Peña Nieto no tiene más remedio que continuar con la táctica que confirma su inmovilismo: “Los mexicanos ya no queremos más de lo mismo y rechazamos dar un salto al vacío... Juntos vamos a dejar atrás las prácticas de la vieja política”

miércoles, 20 de junio de 2012

Perlas electorales: AMLO y el ‘Ulises criollo’ de su gabinetazo.

Como lo señalamos en una colaboración anterior, las exigencias mediáticas del proceso electoral han obligado a los candidatos a sacarse ases (¿o heces?) de la manga para mantener presencia en la carrera por la presidencia de la república. En esta ocasión nos ocuparemos de AMLO y su actuación en los últimos meses. Omitiremos señalar su propuesta de la república del amor o su actitud de perdonavidas hacia sus adversarios políticos, como Salinas, Televisa y demás, que contienen perlas electorales de alto mérito. Tampoco entraremos en el tema de su imagen de viejito buena onda, siempre en control de sus emociones y con la misma cantinela, que no varió en los dos debates oficiales más el reciente organizado por los jóvenes del #132, concentrado en mostrarse conciliador y sin dientes. Sin duda que en los últimos seis años su transitar por los caminos de terracería le han aflojado bastante su actitud crítica, convirtiéndose en una sombra de lo que fue en la campaña del 2006. En todo caso, nos vamos a concentrar en su propuesta de gabinete, que no es más que una muestra clara de las exigencias que impone la mercadotecnia política y de su calculado desplazamiento hacia la derecha, como bien lo señaló hace ya varios meses el subcomandante Marcos. En su gabinetazo podemos encontrar los compromisos políticos que el tabasqueño suscribió públicamente para utilizarlos como moneda de cambio para lograr votos. Empresarios, burócratas de alto rango y personalidades del mundo de la cultura y la ciencia no dejan lugar a dudas de que su proyecto no quiere molestar a los dueños del país sino pavimentar el camino para la continuidad. Pero para muestra basta un botón: Juan Ramón de la Fuente, ex secretario de Salud con Ernesto Zedillo, y por si fuera poco lo anterior, represor de estudiantes de la UNAM y cabeza visible del proyecto privatizador de la educación superior, como eventual secretario de Educación. Cómo olvidar el papel que jugó de la Fuente en el conflicto universitario de 1999-2000, su petición para violar la autonomía universitaria y solicitarle al gobierno federal la intervención de la Policía Federal Preventiva –que por cierto se estrenó con esa infame acción. Cómo olvidar su paso por la rectoría de la UNAM, que no tuvo otro objetivo que posicionarlo para que fuera mencionado como posible candidato a la jefatura del Distrito Federal. Pero sobre todo, cómo olvidar que gracias a su amor por la educación pública envió a la cárcel a más de mil estudiantes y los acusó de terrorismo, sabotaje y demás linduras. A los que estuvimos en esos días en la UNAM nunca dejó de sorprendernos la frialdad y el cinismo con que se condujo a lo largo del conflicto estudiantil. Y además cómo -después de haber metido a la policía militar y ‘recuperado’ el control de la UNAM- improvisó una campaña mediática que promovió lo que ya todos sabíamos desde antes del fin de siglo: que la UNAM es la universidad más importante de habla hispana en el mundo. Gracias a ella quedó como el salvador de la UNAM, pues muchos pensaron que la Máxima Casa de Estudios jamás se repondría de la enorme campaña de desprestigio instrumentada por los poderes fácticos en contra del movimiento estudiantil y de la educación gratuita, laica y obligatoria entre 1999 y 2000. Más aún, AMLO tuvo la ocurrencia de anunciar que “…quiero que Juan Ramón de la Fuente se convierta en el nuevo José Vasconcelos para sacar adelante la educación” El referido Vasconcelos fue un personaje claramente emparentado con la derecha católica mexicana en los años veinte y con Alemania durante la II guerra mundial. En este sentido, si el perredista se refería a la simpatía que externó Vasconcelos con respecto al nazismo y su desprecio por la democracia, no me queda más remedio que reconocer que Juan Ramón de la Fuente, gracias a su demostrada inclinación por el autoritarismo y la represión, se ajusta plenamente al perfil del autor del Ulises criollo. En todos lados se cuecen perlas.

jueves, 14 de junio de 2012

Las contribuciones del #132 a la crítica de la farsa electoral. (3 de 3)

Se había mencionado en la primera parte de este tema que el #132 había subrayado el carácter pacifista de sus acciones, lo que resulta lógico en un contexto permeado por la guerra de ‘baja intensidad’ que ha invadido al país. Y a pesar de que los seguidores del candidato del PRI han insistido en calificarlo como violento -para ocultar el verdadero origen de la violencia electoral exhibido en innumerables videos donde aparecen grupos priístas agrediendo a jóvenes que se manifiestan en los actos de campaña de Peña- los integrantes del #132 tienen muy claro que la violencia no es el camino.
En este sentido, las actividades del movimiento tienen como eje la no violencia y su acción por excelencia es articular su presencia en cada acto de campaña de Peña, manifestando su repudio y visibilizando lo que muchos ciudadanos no se atreven a manifestar en público: su hartazgo por los viejos estilos de hacer política en México y el cinismo de un candidato de laboratorio.
Pero estas manifestaciones de repudio no podrían ser organizadas sin la otra cara de las acciones colectivas del #132: la creativa y dinámica utilización de las redes sociales. Y es este rasgo el que define la naturaleza de sus acciones y su alta efectividad para burlar el cerco informativo impuesto por la mediocracia mexicana. De hecho, estirando un poco el argumento se podría afirmar que la dinámica de las redes sociales es la que configura la base del movimiento, no sólo porque surge con el video en donde los jóvenes estudiantes responden a las acusaciones de ser porros y acarreado sino porque es en el ciberespacio en donde los #132 se encuentran en su elemento natural. Su destreza en el manejo de las redes y su capacidad para neutralizar por ese medio los ataques y descalificaciones son lo que potencian sus acciones y actividades.
Casi de manera instantánea, los #132 ‘suben’ a la red todo acción, magnificando así su impacto. De hecho, buena parte de los actos de repudio contra Peña son llevados a cabo por decenas o a veces centenas de estudiantes, pero son grabados y colocados en infinidad de blogs, en twitter y videos en Youtube, magnificando así su impacto e involucrando a miles y miles de personas, que las comparten en sus plataformas personales y comentan en donde los dejen. Y el decir buena parte es porque no se pueden pasar por alto las manifestaciones masivas, como la organizada en la ciudad de México esta semana, que contó con alrededor de cien mil manifestantes. Esto sin mencionar que mucha de la información que produce el movimiento es retomada por la prensa nacional –la local sigue amordazada en la mayor parte del país- por noticieros y grupos de discusión en la televisión y la radio.
Así las cosas, la consistencia entre las demandas, la organización y las formas de acción del #132 configuran un movimiento con una fuerza moral y gran capacidad para influir en la percepción de los ciudadanos con respecto al proceso electoral. Muchos se preguntan, incluso sus propios integrantes, cuál será el futuro del movimiento, sobre todo después de las elecciones. Pero esa pregunta pasa por alto que el #132 ha logrado ya sus objetivos originales: denunciar la manipulación de los poderes fácticos en las elecciones y el voto de calidad que ejercen para burlar la voluntad de las mayorías. Más allá del futuro del movimiento habrá que evaluar al movimiento por su capacidad para evidenciar, durante las campañas, las trampas de la democracia electoral entre los habitantes de este país. Y en ese aspecto su éxito ha sido enorme. Más aún, probablemente logre también sacar a los votantes indecisos de sus casas para desafiar a esos poderosos que, elección tras elección, se salen con la suya envueltos en el falso manto del discurso democrático y acabar con la farsa electoral.

miércoles, 6 de junio de 2012

Las contribuciones del #132 a la crítica de la farsa electoral. (2 de 3)

La identidad del movimiento se configura en torno a la deplorable y evidente alianza entre las televisoras y Enrique Peña. En la medida en que los estudiantes mantengan identificado al adversario, las posibilidades de que el movimiento se fortalezca son grandes. Sin embargo, parece que conforme el tiempo pasa, las demandas se están diversificando, tal vez demasiado, probablemente por la enorme presión que están ejerciendo los poderes fácticos para obligarlos a neutralizar sus críticas al candidato del PRI y a Televisa.
Por lo que respecta a las formas de organización parece que el movimiento, que surgió en la ciudad de México se empieza extender a los estados de la república, lo que pondrá a prueba su capacidad para configurar una estructura que pueda tener presencia en todo el país. Las manifestaciones de repudio hacia Peña han cobrado forma en estados como Tabasco, el estado de México, Guerrero, Quintana Roo y Guanajuato, lo que confirma que el elemento aglutinador es el antipriísmo. Las consignas no dejan lugar a dudas: “¡La democracia no es una telenovela! y ¡Yo soy prole, pero sí leo!”, “¡Ibero aguanta, Guerrero se levanta!” o declaraciones como “No es odio ni intolerancia contra su nombre (Peña Nieto), sino hartazgo e indignación ante lo que éste representa” que claramente matizan la crítica y muestran su rechazo a un eventual regreso del PRI a Los Pinos.
En la primera asamblea interuniversitaria celebrada en Ciudad Universitaria a la que acudieron representantes de 54 universidades públicas y privadas se puso a prueba la capacidad del movimiento para dialogar. Por cerca de 12 horas se discutieron en 15 de mesas de trabajo temas como la postura del #132 frente a los medios, su relación con otros movimientos sociales e incluso su agenda poselectoral. Aglutinados en asamblea plenaria se leyeron las principales propuestas sin olvidar, insisto, su demanda central: su rechazo al regreso del viejo régimen encarnado por Peña.
Por otro lado, el #132 está consciente de la necesidad de establecer puentes con otros movimientos fuera del país como los Ocupa Wall Street o Los Indignados los cuales han respondido favorablemente. Este hecho podría fortalecer al #132 pues conocerá otras formas de lucha para ampliar su capacidad de movilización. En todo caso la organización girará en torno a la Asamblea General Universitaria, en donde estarán los representantes de las universidades adherentes, y una Coordinadora  Interuniversitaria que tendrá un carácter operativo pero sin capacidad para tomar decisiones.
En la primera Reunión Nacional Interuniversitaria, celebrada el martes 5 de junio y que contó con representantes de 98 universidades, el tema que generó más polémica fue su posición con respecto al voto. Se discutieron tres propuestas: voto útil, voto nulo o voto crítico e informado. La última opción fue la que recibió el visto bueno de los representantes lo que parece una decisión congruente con las demandas originales. Las discusiones duraron más de veinte horas y por momentos se tuvo que llamar al orden porque las cosas parecían salirse del control de los moderadores pero la sangre no llegó al río y se pudieron articular las propuestas.
Como se ve, el cuidado que ha puesto el #132 por abrir canales de discusión y la conformación de consensos demuestra que el impulso original empieza a tomar forma. Pero también define el carácter ético de un movimiento que quiere definir en su práctica política y en sus relaciones internas un espacio de tolerancia, de respeto a la diversidad, que los coloque en las antípodas de la política institucional. Pero y ¿cuáles son sus formas de acción? Eso lo analizaremos en la próxima entrega.