jueves, 14 de enero de 2010

El nudo gordiano de la vialidad en Xalapa

Los esfuerzos de las autoridades municipales en Xalapa para mejorar la vialidad son la expresión más clara de la crisis en el transporte de la capital veracruzana. Dicha crisis es compleja pues no se puede explicar solamente por una causa, pues son varias las razones. Mientras no se atiendan el problema de manera articulada, con un plan integral las cosas no van a mejorar mucho.

El problema de la vialidad en Xalapa tiene que ver, en primer lugar, con la distribución de las calles y avenidas, las cuales fueron apareciendo sin ton ni son y de acuerdo al crecimiento urbano. El trazado de las calles se parece más a las fisuras de un plato estrellado que a uno con calles perpendiculares y paralelas. La principal responsable de lo anterior es la orografía, los cerros y cañadas que no ayudan mucho, a pesar de puentes y pasos desnivel, que liberan el tráfico en una zona para concentrarlo en otra.

Otro factor importante es el enorme crecimiento del parque vehicular de los últimos cinco años, fenómeno que se dio en todo el país y que ha generado problemas de vialidad pero también de contaminación. Pero además, este crecimiento ha rebasado por completo a la cobertura de agentes de tránsito, los cuales no existen en buena parte de la ciudad, concentrándose su precaria labor en el centro y sus alrededores. Esto provoca que los automovilistas hagan de las suyas, entorpeciendo la circulación estacionándose en doble fila o en lugares prohibidos, utilizando la avenida Lázaro Cárdenas como pista de carreras o manejando con copas de más.

Otra causa es el caos del transporte público, su ineficiencia, la duplicación de rutas y la convergencia en el centro de la ciudad de la mayoría de ellas, para favorecer los intereses de los concesionarios. Y este es en mi opinión, el centro de la problemática, pues un transporte público eficiente desalentaría el uso del automóvil, disminuiría la contaminación y generaría una racionalización del tráfico.

Pero es aquí en donde está el nudo gordiano, pues aun resolviendo en parte las causas mencionadas antes, esto no tendría ningún efecto sin la presencia de un transporte público a la altura de las circunstancias. Llama la atención que en los últimos días se han manifestado los pros y los contras del cambio de sentido de algunas avenidas, o la racionalización del transporte escolar, pero nadie ha tocado el tema de los autobuses urbanos. Peor aún, algunos hasta promueven la idea del uso del transporte público, cuando es parte del problema y no su solución.

El tráfico vehicular en Xalapa merece un plan integral para mejorarlo. Las medidas parciales sólo generarán descontento entre la población, sobre todo cuando se vean sus límites. Pero ¿quién va a ser el valiente que se enfrente a los intereses económicos de la oligarquía del transporte urbano? Sólo puede serlo la población en su conjunto, la acción de vecinos, estudiantes y usuarios. Nadie más tiene la fuerza y la necesidad.

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