sábado, 23 de mayo de 2009

Internet, democracia y elecciones

Parece que en las presentes campañas electorales habrán de integrar con mayor fuerza la Internet, al lado de la televisión, la radio y la prensa. A pesar de que la mayoría de los votantes potenciales no tiene acceso al ciberespacio, los partidos políticos han decidido utilizarlo para difundir a los candidatos y sus propuestas. Siguiendo el ejemplo de Obama, quien sustentó buena parte de su estrategia de comunicación en el uso de Internet, sobre todo para relacionarse con los jóvenes estadounidenses, los candidatos en México apuestan a seducir a la juventud –principal usuario- para ganar más presencia.
Además de dirigirse al grupo de votantes más importante en el padrón electoral por medio de las computadoras -sobre todo por su bajo costo comparado con los medios tradicionales- los partidos y sus candidatos utilizarán el medio para difundir propaganda negativa -la cual tiene patente de corso ya que el IFE no podrá monitorear y en su caso sancionar a los emisores. Es terreno virgen para hacer lo que se quiera.
En este sentido caben las preguntas: ¿La internet impulsa la democracia? ¿Será que con el uso masivo de las computadoras el ciudadano tendrá mayor control de los procesos políticos y podrá ampliar su participación en la política? Probablemente no. Y es que una cosa es consultar la información y otra cosa muy distinta es producirla y difundirla.
El ciudadano medio estará más informado y contará con varias opiniones sobre un problema; podrá acceder a fuentes externas e incluso consumir información generada al margen de los grandes medios de comunicación. Pero de eso a que sea capaz de editar un video, un reportaje o un ensayo en el ciberespacio y que tenga impacto social hay una enorme distancia. Y es ahí en donde probablemente radique el límite en las posibilidades de que Internet incida en la ampliación de la democracia y en fortalecimiento del ciudadano frente al estado.
Sin duda que la diversidad de opiniones publicadas en el ciberespacio crecerá, sobre todo porque la capacidad de los actores políticos para romper el cerco informativo será mayor, debilitando relativamente el derecho de censura que ejercen los grandes monopolios mediáticos. Estaremos entonces en un escenario en que será posible conocer con mayor detalle las opiniones y demandas de los movimientos antisistémicos o de ciudadanos sin pertenencia a alguna organización política, pero no necesariamente desaparecerá la desigualdad para comunicarse con la sociedad ni mucho menos mejorará la participación de los votantes en los procesos electorales o su capacidad para controlar a los candidatos o a los gobernantes. Simplemente habrá mayor variedad informativa pero su impacto en las relaciones sociales está por verse. En todo caso para estas elecciones intermedias la Internet tiene como objetivo alejar a los votantes de las urnas, utilizando sistemáticamente la propaganda negra. Y no creo que eso impulse la democracia en el corto plazo aunque beneficiará enormemente al partido con mayor voto duro.

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