jueves, 13 de marzo de 2008

Para que la cuña apriete...

Están por concluir las elecciones primarias en Estado Unidos y no sabemos cual será el candidato del partido demócrata. La competencia entre Hillary Clinton y Barack Obama tiene a buena parte de los analistas políticos derramando tinta. Coinciden en señalar que el próximo presidente será el que gane la nominación demócrata, dado el enorme desprestigio de Bush y sus amigos.

Ante semejante coyuntura, en México es común encontrarse con el argumento de que los demócratas son menos autoritarios y más sensibles a nuestra problemática. Si a esto se agrega que puede ser una mujer o un afro americano, se asume que los conflictos interculturales y la violencia hacia nuestros paisanos, con papeles o sin ellos, disminuirán.

Nada más lejos de la realidad. Sería arriesgado afirmar que las mujeres son más tolerantes en la política, después de Margaret Tatcher o Elba Esther Gordillo. O que los afro americanos simpatizan con los países pobres, después de Colin Powell o Condolezza Rice. Para los mexican@s como usted y como yo, no hay mucha diferencia si los republicanos o los demócratas gobiernan; si es una mujer o un miembro de las minorías estadounidenses. La discriminación y la explotación hacia nuestros paisanos no cambiarán en nada, ni tampoco la idea de que vivimos en su patio trasero.

Pero, peor aun, están los optimistas que vaticinan la llegada de un ciudadano de origen mexicano a la Casa Blanca y, como consecuencia, el fin de los problemas con los Estados Unidos. A esos los invito a que cuando viajen a gringolandia -con visa claro- se pregunten quiénes son los agentes de inmigración mas canijos y racistas. Y si amig@ lector, la respuesta será: los hijos de los mojados de hace treinta o cuarenta años, que ahora son gringos y nos miran por encima del hombro. Se esmeran en humillarnos, a pesar de su origen y aunque lo único que llevamos sea dinero o necesidad de trabajar, que es prácticamente lo mismo. De esos habrá que cuidarse, pues incluso ya están gobernando ciudades del sur de los Estados Unidos. Para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo.

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