domingo, 25 de enero de 2009

Simón Bolívar cabalga de nuevo

Cuando uno escucha hablar de Simón Bolívar y su proyecto de unificar a los países al sur del Río Bravo para conformar un bloque político, económico y cultural tiene dos opciones: echarse a reír, o pensar en lo que hace falta para lograrlo.
El risueño podría argumentar que mientras Estados Unidos sea la potencia militar el proyecto bolivariano no pasa de ser una ocurrencia bien intencionada; y agregaría que si lo anterior no fuera suficiente, habría que considerar las diferentes tradiciones históricas y los intereses de las oligarquías locales y nacionales. La rivalidad entre los chilenos y los peruanos lleva más de un siglo; los brasileños y argentinos siguen odiándose, sobre todo cuando se enfrentan en alguna competencia deportiva; Honduras y El Salvador tuvieron una guerra a causa de un partido de fútbol. En fin, la lista es larga.
En cambio, los argumentos a favor de la factibilidad del sueño bolivariano no son tan claros. Al menos hasta hace poco tiempo. Y es que la reunión celebrada en diciembre pasado en Brasil, a la cual asistieron todos los presidentes latinoamericanos -excepto los de Colombia, Perú y El Salvador- me parece un buen comienzo. La importancia radica, en primer lugar, que nunca había sucedido algo semejante. Además, la asistencia de Cuba y las significativas ausencias de los presidentes de Estados Unidos, Portugal y España, que siempre meten la mano para dividirnos, definieron el carácter histórico de la reunión.
El encuentro se dio en un contexto alentador. Por ejemplo, poco antes de la reunión de marras, en el marco del MERCOSUR, compuesto por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y el recién admitido Venezuela, acordaron comprarle a Bolivia todos los productos exportadas por Bolivia, para contrarrestar la decisión de Estados Unidos de cancelar los precios preferenciales que pagaba por los productos del país gobernado por Evo Morales, con el argumento de que no está trabajando lo suficiente para combatir el narcotráfico.La cereza en el pastel fue la admisión de Cuba, de manera unánime por los 22 países latinoamericanos, que integran el Grupo de Río. Cuando el presidente de México le dio la bienvenida formal la ovación no se hizo esperar y acto seguido todos los presentes condenaron el bloqueo económico estadounidense contra la isla. De no creerse ¿verdad? Por lo que se ve, Bolívar cabalga de nuevo.

Los riesgos del bipartidismo

Ya está todo casi listo para que arranque el proceso electoral en el estado de Veracruz. Los partidos políticos han definido las alianzas, las candidaturas y sus preferencias para conformar al Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano. Las elecciones de este año serán un termómetro para medir, tanto el estado de las fuerzas partidistas de cara a la sucesión del ejecutivo estatal el próximo año como el impacto de la crisis económica en las preferencias electorales.
Los escenarios posibles pueden ir desde la repetición de la aplastante victoria del PRI, lograda en 2007, hasta la recuperación de la oposición para reestablecer las tendencias electorales anteriores a dicha elección local. En todo caso lo que parece más probable es la confirmación de la tendencia al bipartidismo en Veracruz.
En efecto, lo más seguro es que el bipartidismo siga ganando terreno a pesar de la existencia de varios partidos. El asunto es que, según Giovanni Sartori, el bipartidismo no es sólo el que está formado exclusivamente por la aparición de dos partidos en la boleta electoral sino que existe una variante, que el politólogo italiano distingue como bipartidismo polarizado, que se caracteriza por la existencia de varios partidos que se alinean en los extremos del espectro político, dejando vacío el centro.
Las consecuencias del bipartidismo polarizado son ya moneda corriente en los procesos electorales de nuestro país, a saber: promesas de campaña imposibles de cumplir; desprecio por la normatividad electoral y las instituciones que las impulsan; y la sobrevaloración de la propaganda electoral para ganar votos. En suma una lucha sin cuartel en la cual cada quien hace lo que le da la gana, gastando millonadas en spots y demás hierbas para ‘convencer’ al electorado.Al final, los ganadores festejan como si se hubieran ganado la lotería -lo cual no está muy lejos de la verdad- y los perdedores impugnan el proceso obligando a que la decisión de los ciudadanos ceda su lugar a la decisión de los magistrados del TRIFE. Así las cosas la democracia como procedimiento para nombrar representantes se debilita y pierde legitimidad, abriendo la puerta para que alguien concluya afirmando: ¡pa’ que tanto brinco si el suelo está parejo! Y es ahí donde radica el costo político del bipartidismo polarizado, en la certeza -que poco a poco va ganando terreno en la conciencia popular- de que el autoritarismo es más eficiente y más barato que la democracia. La solución de los problemas sociales no pasa por la construcción de consensos sino por el carisma de un ser providencial que nos salve, nos libre de nuestros sufrimientos. Ya veremos, dijo un ciego.

Tesoro jalapeño

A lo mejor a parte de la ciudadanía jalapeña le parecerá exagerado afirmar que uno de los tesoros culturales más importantes de esta ciudad sea la radio universitaria. Al lado del museo de antropología, de la propia Universidad Veracruzana, de las galerías de arte, del teatro, de la orquesta sinfónica, la radio universitaria puede parecer insignificante. Sin embargo, en mi humilde opinión, el contar con un espacio que camine a contrapelo de las tendencias comerciales y promotoras de intereses particulares, características de los medios de comunicación electrónica en este país, es un gran logro.
Rayando en lo heroico, la radio de la UV se mantiene y muestra una madurez que se expresa en su programación, definida claramente por el objetivo de difundir y promover la cultura y el desarrollo científico de Veracruz y de México. Escuchar música clásica, jazz, tangos, poesía, y en general opiniones alternativas para comprender la realidad social y cultural, es un lujo en este país. Basta darse una vuelta por otras ciudades importantes para confirmar la ausencia de radios promotoras de cultura y sin fines de lucro. El espectro radiofónico está copado por intereses comerciales que sirven no sólo a las disqueras y promotores artísticos sino a intereses personales, ilegítimos, pero que dejan enormes ganancias y privilegios a unos cuantos.
Se podría argumentar que la señal es débil y en ciertas zonas de la ciudad inexistente pero eso puede ser resuelto, en buena parte, simplemente solicitando -como lo están haciendo las radiodifusoras comerciales- que la secretaría de Gobernación conceda el uso de un espacio en FM, lo cual mejoraría mucho la calidad de la señal y ampliaría el impacto de su programación más allá de la capital del estado. Ojalá que la comunidad de la UV reconozca que el fortalecimiento de la radio universitaria es fundamental para la salud pública veracruzana y para el desarrollo de la propia universidad. Hay que luchar para que los tesoros heredados de varias generaciones de universitarios y universitarias no sólo sobrevivan sino mejoren y ofrezcan un espacio de reflexión a la sociedad, que dicho sea de paso, es la razón de ser del conocimiento y de la universidad pública. Feliz año nuevo, radio UV y que sean muchos más.